Aprende a cuidarte con el Coaching

Cuando hablamos de nuestra salud, automáticamente lo primero que pensamos es en todos nuestros males. Me duele la cabeza, tengo ardor de estomago, la espalda que no me deja incorporarme… y toda una serie de incompletudes físicas que nos acompañan desde que tenemos uso de razón.

Evidentemente la salud está muy relacionada con nuestro estado físico, pero ¿Qué pasa con nuestro estado de ánimo? ¿De qué manera, la forma en la que pienso tiene relación con lo que me pasa?
Ante inquietudes como las planteadas encontramos que aparecen respuestas de diversos tipos, y una de ellas, la que hoy me gustaría comentar es la propuesta que nos hace el Coaching.
El Coaching se da a conocer como una herramienta en la asesoría y guía para directivos y ejecutivos de grandes empresas, sin embargo actualmente está siendo reconocido por su labor en el bienestar emocional de las personas y es usado como herramienta de mejora.
Para los no entendidos el Coaching a diferencia de la terapia, trabaja con la disposición emocional y mental del cliente para que avance hacia el futuro que aspira mientras sigue atendiendo los vaivenes de su presente. Por otro lado la terapia, se fundamenta en que la persona tiene un problema y rebusca en su pasado para intentar encontrar la solución. Por tanto tenemos pacientes (asumimos que están enfermos) en terapia y clientes cuando hablamos de Coaching (saben donde están, saben dónde quieren llegar y el coach les acompaña en el camino)
¿Qué nos propone el Coaching? Si bien hay diferentes propuestas, la que me gustaría comentar en este momento es la que nos hace el Coaching transformacional; en esta modalidad entendemos que cada persona es capaz de desarrollar un potencial ilimitado que nos puede servir para crear una manera única y poderosa de vivir.

“somos realmente no sólo lo que sabemos sino todo lo que estamos dispuestos a aprender”.

Aprender y reaprender no sólo con el cerebro sino con sus emociones, cuerpo y espíritu. O dicho de otra manera, con nuestra forma de ver las cosas, lo que sentimos al realizar estas cosas y la manera en que nuestro cuerpo se comporta ante estas situaciones.
Dicho esto, seguro que a la mayoría nos ha pasado que vamos caminando un día cualquiera por algún sitio indefinido y nos encontrarnos con algún compañero que estudiaba con nosotros, pero no con cualquier compañero, sino con aquel al que todos teníamos como el menos espabilado, el más limitado resumiendo, el “rarito” de la clase. Ya lo sabíamos pero ahora nos lo acaba de confirmar, su ropa, su reloj, el porte la forma de caminar… nuestro compañero se ha convertido en un empresario de éxito y ha sido capaz de cumplir todo sus fantasías y seguramente parte de las tuyas ¿Qué ha pasado, de qué manera aquella definición que teníamos de esta persona ha influido?
Aprender por tanto implica un des-aprender, y de aquí sacamos la primera conclusión importante que nos plantea el Coaching. Las ideas que nos hacemos de las cosas, nuestras interpretaciones, no siempre tienen que ser acertadas. Nuestra realidad es propia, y por tanto nuestra forma de ver las cosas, es algo nuestro y tenemos que ser conscientes que a lo mejor no es igual para otros.
¿Qué pasa cuando esa definición dudosa la tenemos de nosotros mismos? Por situaciones diversas nuestra propia definición se puede ver alterada, ya sea de una forma luminosa como todo lo contrario. Tenemos que tener claro que esta interpretación personal, al igual que pasa con las interpretaciones que hacemos sobre otras cosas o personas, nos puede afectar a favor o en contra, limitando nuestra capacidad de actuar en situaciones de la vida diaria; en el trabajo, con la familia, con los amigos incluso con nuestra pareja.
Tal vez el compañero aquel igualmente hubiera sido empresario si yo no lo hubiera visto como el “rarito” cuando estudiábamos juntos, pero y si yo hubiera sido capaz de ver su potencial entonces, si hubiéramos compartidos más experiencias juntos, si hubiéramos compartido amistades y ahora todavía fuera así. ¿Hubiera cambiada algo de mi vida?

Cuidar nuestro estado es algo que también tiene que pasar por cuidar ese estado interior, en este caso nuestra forma de interpretar la realidad, pero ya vernos como nuestras emociones y nuestra forma de comportarnos, también van a tener importancia en las cosas de la vida.

 

Foto: Juan Salvador via Flickr (Relax-Óleo sobre tela-Autor:Vilchez)

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