El libro de la selva: el clásico de Kipling

Hoy se estrena “El libro de la selva” y es imposible no querer escribir sobre ello.
En 1967, el gran visionario Walt Disney supervisó la que sería su última gran obra en vida, la bella y alegre producción animada “El libro de la selva”; todo un clásico de la literatura de la mano de Rudyard Kipling, de la compañía del ratón más famoso del universo, trasladaría a la gran pantalla para hacer las delicias de los más pequeños.

Alegría, frescura, valores, personajes entrañables, aventuras, música, ritmo y todo un ejercicio visual que hizo que directamente, desde la fecha de su estreno, se convirtiera en uno de los grandes hitos de la historia de la animación. Por desgracia el bueno de Walt no pudo ver consumada su obra en las gratas butacas de cine, al morir de cáncer de pulmón en Diciembre del 66 a la temprana edad de 65 años. Nos dejó como regalo una viva historia sobre el coraje, la ambición y la amistad. Toda una pugna entre el bien y el mal. Una imperecedera lucha entre la vida desenfadada y optimista del sensible y bondadoso oso Baloo, que lleva por bandera el lema del Carpe diem para vivir la vida sin batallar, pues nunca del trabajo hay que abusar y la más estricta responsabilidad de la elegante pantera Bagheera. Aventuras frescas endulzadas con jazz del bueno en las que el ritmo se calza por los pies que hacen imposible el no querer dejar de bailar canciones emblemáticas como “Yo quiero ser hombre como tú” o “Lo más vital”.

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Medio siglo después Mowgli regresa con un lavado de cara para hacer nuevamente las delicias de una nueva generación y eso es, sin duda, Lo más vital para existir.

Hoy en día, los cuentos y novelas clásicas vuelven a estar bien presentes en nuestras vida, ¿acaso alguna vez se fueron de ahí?; el cine y la Tv de tanto en tanto van aportando su granito de arena para que no nos olvidemos de su presencia y del gran legado que han dejado entre nosotros. La falta de nuevas ideas y ese afán de querer remover en la nostalgia provoca que los estudios de Hollywood intenten sacar una buena tajada de los clásicos camuflándolos en revisiones modernas para proporcionar nuevas perspectivas, nuevos valores y nuevos conceptos para volver a atrapar a los jóvenes de hoy en día, como a los padres de éstos con la intención de sacarnos el Peter Pan que llevamos dentro y que en ocasiones nos cuesta echar a volar a la búsqueda de nuestra más profunda tradición ancestral.

Y Disney se está especializando a reversionar sus clásicos con una nueva dirección, reubicando sus grandes títulos en superproducciones en carne y hueso. Desde “101 dálmatas”, “Alicia en el País de las Maravillas”, pasando por “Maléfica”, y “la cenicienta” a la espera del desembarco de “la Bella y la bestia” el turno ahora es para “El libro de la selva”… La multinacional Disney nos traslada de manera espectacular al silvestre mundo de Mowgli, Baloo y Bagheera de la mano de Jon Favreau, responsable entre otras de las dos primeras entregas de la saga de superheróes de la Marvel, IRON MAN.

Fabreau tiene toda la presión del mundo pues atrás queda la versión animada de Disney y el clásico Indio protagonizado por Sabu, de 1942, para relatarnos una historia bien conocida por todos nosotros, la del niño criado entre lobos que debe huir de la jungla por la acérrima envidia del peligroso Tigre Skar. Para ello el director americano busca dotar la historia de un ritmo endemoniado, es más oscura, fantástica y frenética, con una dirección artística absorbente que dejará boquiabiertos a propios y extraños con sus vertiginosos planos. La mezcla de fotografía real y tecnología encumbra al máximo el espíritu que tanto Kipling como Disney quisieron mostrar en sus trabajos.

Y como gran gancho comercial, si es que por sí sola no se vendía ya, cuenta con una gran banda sonora donde han rescatado dos de las piezas del film original de la compañía Disney y la colaboración de las voces en su versión original a la altura de Bill Murray, Scarlett Johansson, Christopher Walken y Ben Kingsley

Quizás es una de tus historias de toda la vida, aquellas que te leían al irte a dormir ¿Recuerdas aquellos tiempos en el que tus padres te leían alguna? Seguramente hoy en día también lo hagas si eres padre de familia, te sentarás en el borde de la cama y le leerás uno de los simpáticos clásicos con los que tú creciste para que tu hijo, ya no solo se relaje, desarrolle su imaginación y se queden dormido bajo el hechizo de las palabras, sino además para lograr conseguir un ansiado respiro.

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