Sigue nadando Dory, sigue nadando. Hace 13 años, Pixar nos regaló un prodigio de la técnica de la animación con buscando a Nemo, probablemente una de las más recordadas y, tal vez, una de las mejores películas de animación de todos los tiempos. Director, guionistas y equipo técnico lograron recrear una atmósfera tan real que a uno le apetecía zambullirse en el mar para acompañar a Marlín y a Dory en su admirable odisea por rescatar al bueno de Nemo de las garras de los humanos. Tan transparentes y refrescantes eran los personajes como azules sus aguas cristalinas digitalizadas, sus impresionantes corales y su variada flora marina que llegaron rápidamente al corazón del espectador. Y cuando eso sucede…
…Olor a secuela a la vista se avecina. Y así es, Pixar te complace invitándote nuevamente a sumergirte en las profundidades del océano para vivir las más grandes emociones acompañado de los entrañables y carismáticos Nemo, Merlín y Dory. Donde redescubrirás las más vivas emociones a través del amor, la nostalgia, la acción y el humor. Un billete sin regreso al característico mundo que solo Pixar, bajo la supervisión de la firma Disney, sabe imprimir a sus obras, convirtiéndolas en grandes clásicos al segundo de estrenarse.
Y para esta anhelada secuela, los hábiles guionistas han contado con la bondadosa presencia de la amnésica Dory, el pececillo que cautivaba a propios y extraños por su salero, desparpajo y su memoria nunca mayor dicho “pez” en su andanza para encontrar a Nemo. En una nueva entrega mucho más alegre y menos dramática que la anterior, pero a la par igual de conmovedora y entretenida, en la que se nos narra de manera fresca las ansias repentinas y esperanzadoras de pretender encontrar a sus progenitores, sus raíces, tras sufrir unas breves conexiones a modo de flashbacks sobre su infancia en su inestable y débil memoria.
La secuela de Buscando a Nemo, de entrada ya ha logrado labrarse un hueco en la historia de datos y estadísticas del mundo del celuloide al convertirse en el mejor estreno jamás visto para un filme de animación en EE.UU, recaudando alrededor de 120 millones de euros. Tal hazaña no se queda ahí, pues con estas demoledoras cifras le ha permitido auparse como el segundo mejor estreno que haya habido jamás en la historia durante un mes de Junio, tan solo superado por los espantosos rugidos y maquiavélicas garras de los aterradores dinosaurios de Jurassic World, con 184 millones.
La pregunta es, ¿Logrará batir la entrañable Dory a la princesa Frozen como la película animada más taquillera? Su predecesora ya se afianzó en el primer lugar cuando, en el 2003 destronó a “El Rey León” de lo más alto. Ahora solo hay que esperar, el verano justo empieza ahora, época ideal para que padres e hijos se acerquen unidos al cine más cercano de casa.
Aventuras, peligros, ternura y humor, un gran coctel que sin duda hará las delicias de grandes y pequeños. Entra al mundo de la magia. Dory te espera.
Y un consejo no entres tarde o te perderás el habitual corto previo que acompaña el film, en está ocasión la sensacional “Piper” de Alan Barillaro, un memorable y muy conmovedor relato que te atrapará. Lo disfrutarás, pero no te pares, tú sigue nadando.