No para todas las culturas el año empieza el 1 de enero. De hecho, muchos calendarios se basanen las fases lunares, como por ejemplo el calendario chino, el judío o el islámico.
Hasta el año 1582, fecha en la que entró en vigor el caendario gregoriano, el año nuevo se celebrava el 25 de marzo, fecha de la Anunciación. En Florencia se conserva la tradición de celebrar en esa fecha, lo que los abitantes de una de las ciudades más bonitas del mundo, denominan el “Calendario Fiorentino”.
El cambio de fecha al 1 de enero se debió al Papa Gregorio XIII que en el año 1582, instituyó el nuevo calendario que modificaba el anterior juliano introducido por Julio César en el año 46 a. C. resultó de una reforma del calendario romano. Entró en vigor en el 45 a.C. poco antes de la conquista romana de Egipto.
Leo en la Wikipedia que:
“Instaurado el 4 de octubre de 1582, el nuevo calendario vino a solucionar el problema que planteaba el hecho de que el año juliano tenía 11 minutos y 14 segundos más que el año solar lo que había provocado que la diferencia acumulada hiciera que el equinoccio de primavera se adelantara en diez días.
Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius promulgó, el 24 de febrero de 1582, la bula Inter Gravissimas en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582.
Con la eliminación de estos diez días desaparecía el desfase con el año solar, y para que no volviera a producirse, se eliminaron en el nuevo calendario tres años bisiestos cada cuatro siglos.
Así, el calendario gregoriano es su legado más valioso y reconocido para la Humanidad.”
Sea como sea, los propósitos para el nuevo año son siempre muchos, los nuevos inicios son siempre fascinantes y llevan consigo una promesa o por lo menos una esperanza. Todos deseamos empezar el año nuevo con buen pie y lo hacemos envueltos en ilusión y optimismo.
Independientemente de los propósitos de cada uno y de las metas que os hayáis propuesto alcanzar o incluso superar, recordad que el 1 de enero es solo una fecha en el calendario, que la magia no existe y que no nos vamos a convertir en criaturas perfectas de la noche a la mañana. Que “de repente” no se realizan todos aquellos planes y deseos y que lo mejor es y puedes hacerlo a lo largo del año, es ponerte objetivos concretos y calibrables y en consecuencia un plan e acción.
Cualquier momento es el mejor momento para empezar algo y cualquier día, es un día estupendo para marcarse un objetivo de desarrollo personal, de vida… o al menos para intentarlo.
El motivo de este artículo es desearos el mejor de los años, agradeceros vuestra presencia y compartir con vosotros los propósitos que considero más importantes (los escribo al principio de la lista), y naturalmente los que me hacen especial ilusión y que enfoco al 2019.
- Concentrarme más en la Gratitud: creo que hay que dar gracias siempre por lo que se tiene y que este es el mejor antídoto para todo
- Vivir más el presente: no resistirnos a lo que nos pasa y aprender.“Acepta todo. Cualquier cosa que el presente te ofrezca, acéptado como si lo hubieses elegido. Trabaja con lo que tengas, no en su contra” Eckhart Tolle
- Involucrarme en una caua significativa
- Más lectura, más artículos para este blog, menos TV y más cine y sobre todo más arte.
- Seguir dosificndo las redes sociales (aunque sea una faceta importante de mi trabajo)
- Ordenar y clasificar todas las fotos (digitales y no) de una vez por todas…
- Viajar
- Llenar la casa de plantas
- Ordenar más y mejor mi vestidor
Y con esto acabo, no sin antes desearos un nuevo año lleno de todo lo que queráis, ni sin lanzar la pregunta: ¿Y tú? ¿Qué te has propuesto hacer, aprender o experimentar este 2019?