Moonlight es una película con con identidad propia.
Nadie puede ser esclavo de su identidad. Si hay una película capaz de hacer algo de sombra al titánico universo “La la land” y hacer saltar la banca en la próxima ceremonia de la entrega de Los Oscar es sin duda “Moonlight”. Una pequeña joya cinematográfica dura, penetrante, sin muchos alardes ni efectos especiales pero colmados de sentimientos y emociones que nos conmoverá de manera profunda, más allá de la sala de cine donde se proyecte.
Barry Jenkins, director estadounidense sin ninguna película de relumbrón hasta el momento ha sabido dar con la tecla perfecta para relatar un estremecedor melodrama hostil sobre la aceptación de quienes somos y la aprobación de nuestra propia identidad; una tarea nada fácil y en muchas ocasionales compleja de asimilar. Barry Jenkins nos muestra bajo la mirada del tormentoso retrato de Chiron, un Chico afroamericano que crece en uno de los barrios más intolerantes y conflictivos de Miami junto a su madre drogadicta, lo sufrida que puede ser la vida y lo transcendental que es luchar por sobrevivir y ser uno mismo.
Un seguimiento conmovedor a través de las huellas que va dejando tras de sí nuestro joven protagonista: Desde su desalmada niñez a su agitada etapa de adulto donde la desagradable compañía del maltrato familiar, la violencia, el bullying, será una constante en su vida diaria y en la que al mismo tiempo deberá afrontar su masculinidad y su homosexualidad en un entorno decadente, malvado y despiadado… Un universo en el que se sentirá completamente aislado al apreciarse diferente a lo que se palpa a su alrededor, invadiéndole de pleno la angustia.
El film se beneficia de una magistral banda sonora (que corre a cargo de ) hilándolo elegantemente con profundos silencios y de precisas miradas para dar contenido a aquellos miedos, temores y angustias que de forma lírica y con un tono poético inquietarán y descompondrán al espectador. Un espectador tocado anímicamente y agitado por el devenir del joven Chiron (interpretado según su etapa por tres actores con carisma, Alex R . Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes)
Una pequeña entrañable obra independiente que ha ido haciéndose grande en cada uno de los festivales donde se ha presentado, dejando tras de sí toda una marea de reconocimientos y premios (entre ellos el Globo de Oro al mejor drama del año) y cómo no podía ser de otra manera la Academia de las Ciencias y las Artes de Hollywood ha visto recompensada con 8 nominaciones a las estatuillas de Los Óscar. Una historia emotiva en un ambiente lleno de odio que amenaza seriamente el reinado de “La la land”.