Todos los hogares guardan un secreto bajo llave. La cuestión reside en encontrar la cerradura que te rebele donde se encuentra. Sergio G.Sánchez guionista de dos de las películas más celebradas de J.A.Bayona (El orfanato y Lo imposible) ha decidido dar un salto a su carrera y colocarse al frente de la dirección de “El secreto de Marrowbone”. El director de origen asturiano (Oviedo 1973) nos ofrece la llave que nos abrirá las habitaciones más recónditas de su Opera prima.
El pilar donde se construye la historia es básica, pero no por ello sencilla: 4 jóvenes hermanos huérfano, un inquietante y abandonado caserón donde sus habitaciones, sus silencios, sus temores y sus paredes son suficientes herramientas para palpar la angustia contenida. ¿Quién dijo lo de hogar, dulce hogar?, se equivocaba por completo. El nido donde habitamos puede ser refugio de sueños, alegrías, amor pero de la misma manera puede ser territorios recónditos donde se esconden tristezas, desasosiegos y frustraciones que hacen brotar las más inverosímiles tramas.
Su atmósfera gótica/romántica con ciertos aires de tristeza se apuntala a través de una fotografía poética y cálida. Estableciendo un clima que estremece cada imagen, cada palabra; cediendo que campen libres las emociones más inhóspitas, desconcertantes y ocultas. Una llave en nuestras manos de las de tiempo atrás, de las de la época de nuestros abuelos, grande, pesada, de hierro, que el director nos cede para descubrir historias nunca rebeladas. Una llave que girándola de manera gradual irá abriendo y deshaciendo mansamente cada diente de la cerradura hacía un lugar de tensión, miedos y fantasmas del pasado.
“El secreto de Marrowbone”, firmada con delicada elegancia, temple y personalidad, bebe del más puro sello M. Night Shylaman, del Alejandro Amenábar más enigmático, y del nerviosismo de J. A. Bayona para crear una fábula sensible y oscura. Cine comercial que aprisiona a todo aquel espectador que desee que jueguen con ellos a través de su elaborado guión, consolidado por la buena elección de sus jóvenes protagonistas que consiguen dar alma y vida a los personajes (George MacKa, Charlie Heaton, Anya Taylor-Joy y Matthew Stagg).
Desconcierto, agitación, ansiedad son algunos de los sentimientos que se harán dueño y señor de las habitaciones del caserón. El director español siguiendo los patrones que conforman parte de su trabajo como guionista, vuelve nuevamente a introducir el trasfondo de unión familiar, la pérdida o la angustia.
No hay secreto que el tiempo no revele. Una vez que crucéis esta línea no habrá recuerdos, nuestra historia, comenzará aquí ¿te atreves abrir las puertas del caserón? ¡Traspasa el umbral!