Leonardo DiCaprio: el Oscar en casa

Leonardo ya tiene su anhelado Oscar en Casa, tras más de 20 años de injusta suerte esquiva con la Academia ya puede presumir de tener su nombre escrito en grandes letras de oro en la cima de Hollywood.
Desde el pasado domingo 28 de febrero, DiCaprio ya observa relajado como reposa en una de sus monumentales vitrinas de su millonaria mansión la espigada figura dorada al lado del Bafta, del globo de oro y de cada uno de los otros ilustres premios mundiales que ha ido recolectando a lo largo de su ya extensa carrera. Le ha costado lo suyo, pero ya ni la obstinada Academia, ni los osos más feroces se lo puede arrebatar, el reconocimiento mundial de manera oficial ya es suyo, era un clamor que siguiera de vacío, una de esas injusticias que por desgracia la Academia cae erróneamente una y otra vez continuamente, pero que llegado a este momento era difícil seguir con esta broma, no se podía ocultar más. Dada su popularidad, dado su talento y dada su filmografía, la situación era insostenible, convirtiéndose en algo personal, casi obsesivo para DiCaprio, el obtenerla sí o sí. El final estaba cantado, tan solo podía tener una única salida posible final, y no era otra que materializarse con el premio en sus manos, difícil entender que hasta esta fecha que uno de los mayores talentos de su generación se fuera de vacío en cada una de las diversas ceremonias a las que asistía, a pesar de defender suculentos trabajos como “El lobo de Wall Street”, “El aviador”. Algo así le paso en su día a Spielberg, vetado en su momento del máximo galardón cinematográfico americano, por ser considerado demasiado comercial y hoy, mira por donde todos, le veneran. En el caso de Leo es incuestionable que no se le perdona que en sus prometedores inicios se convirtiera en todo un ídolo de adolescentes alocadas pecosas, sin quererlo y beberlo, desde que una luminosa mañana zarpara en el todo poderoso transatlántico de James Camerón. En su mente siempre un pensamiento ha prevalecido a la hora de encauzar su carrera, el despegarse del cliché de niño taquillero comercial forracarpetas mediante grandes y arriesgadas interpretaciones.

El mexicano Alejandro González Iñárritu le ha brindado a Leonardo DiCaprio un personaje a su medida, un vehículo de lucimiento con una entregada y magnífica interpretación en la fatigosa “El Renacido”, en la que demuestra eficazmente el sufrimiento de un trampero que lucha en las frías montañas por lograr la supervivencia en busca de sed de venganza. Una actuación muy física (parece que la Academia se rige por una única medida; No hay Oscar sino muestras un sufrimiento corporal) donde Leonardo logra encandilar al espectador al mismo tiempo que seduce al fin a la Academia más rancia que le otorga su primera estatuilla, y puedo predecir que no será el último que consiga, y si no al tiempo…

Nacido en Los Ángeles un 11 de noviembre de 1974. Leonardo Wilhelm DiCaprio, debe su nombre al gran pintor italiano Leonardo Da Vinci. Cuenta la leyenda que su madre disfrutaba viendo una de las pinturas del genial artista italiano, al instante que de repente sintió la patadita de su retoño en su interior, desde aquel momento tuvo bien claro que el pequeñajo se llamaría Leo. ¡La señal divina lo había querido así!

Americano de nacimiento, de padre italiano y de madre alemana, su introducción en el mundo del séptimo arte, no suele diferenciarse de muchas otras estrellas del ¨Star System¨ actual. Empezando en pequeños anuncios publicitarios y alternándolas con audiciones para pequeñas series de TV, la más popular en la que dejo caer su rostro fue la simpática sit-com “Los Problemas De Crecen” al lado del entonces actor de moda de la televisión adolescente de la época, Kirk Cameron.
Nadie esperaba que aquel mocoso con cara de niño con el tiempo se convirtiera en uno de actores mejor considerados y con más talento del panorama cinematográfico actual, con una gran habilidad y destreza inusitada para trasmitir versatilidad y credibilidad en cada uno de los diferentes personajes que se enfunda, atrapándonos mediante emociones, sensaciones, energía, magia, suspense, miedo o sufrimiento y menos cuando su primer papel en la gran pantalla fue en la olvidable y horrorosa tercer parte de la saga de los “Critters”, una burda imitación desgastada de los graciosos “ Gremlins”, pero en clave de terror.
Leonardo DiCaprio tenía bien claro que quería triunfar por todo lo alto en el negocio del entretenimiento, y a ser posible con su nombre, sin seudónimos, a pesar de que alguno de sus poco sagces representantes intentó convencerle de todas las maneras de que se hiciera llamar “Lenny Williams” mucho más patriótico y menos exótico ante los ojos de los americanos.

Nos quedamos sin un Lenny, pero ganamos un Leo. Eso quedo atrás. Con el paso del tiempo ha logrado labrarse una filmografía plagada de títulos tanto independientes como comerciales de inmensa calidad. Ha tenido la oportunidad de mostrar sus cualidades en las películas de los directores más reconocidos de la actual industria de Hollywood, con James Cameron a la cabeza, Robert De Niro, Martin Scorsese, Steven Spielberg, Woody Allen, Quentin Tarantino, Clint Eastwood, Sam Mendes o Baz Luhrmann, ninguno de ellos ha querido dejar la oportunidad de trabajar con él y contar con su colaboración. No todo serían alegrías en su faceta de actor, una de sus mayores espinas clavadas es el no haber podido participar en la saga de las galaxias más famosa de la historia, la de “Star Wars” cuando estaban buscando interprete para encarnar a Anakin Skywalker, privándole de trabajar con el emblemático productor George Lucas. De la misma forma que ha sabido codearse con los mejores directores, también ha contado con grandes compañeros de profesión, en los que se ha ido fijando y creciendo: Rusell Crowe, Gene Hackman, Sharon Stone, Matt Damon, Johnny Deep, Kate Winslet, Tom Hanks…
A sus 41 años recopila ya toda una gran colección de títulos que muchos querrían tener ya tan solo al finalizar su carrera, para muestra un botón: “A Quien Ama Gilbert Grape”, “Vida De Este Chico”, “Diario De Un Rebelde”, “La Habitación De Marvin”, “Romeo Y Julieta” obras menores con una gran calidad artística donde demostraba desde bien crio la capacidad que tenía por explotar. Con “A quien Ama Gilbert Grape”, intenso drama junto a Johnny Deep, dirigido por el director sueco Lasse Hallström, desentraña a un entrañable hijo de familia con graves problemas mentales, lo que le llevó directamente a su primera nominación al Oscar a la temprana edad de 20 años, y el gran espaldarazo para que parte de la industria del cine retuviera su imagen y recordará su nombre desde entonces.
Jack, es otra cosa, Jack le abrió de par en par las puertas de Hollywood, de la fama, de la popularidad exagerada de la noche a la mañana. Y es que “Titanic” se convirtió en todo un icono de la tecnología de la proeza artística, convirtiéndose durante años en la película más taquillera de la historia del cine. La recreación del hundimiento del “TItanic” marco un antes y un después en su joven carrera. Carrera que tenía que empezar a tomar una dirección, o quedarse como el niño mono o dar un paso al frente y demostrar su valía en vez de hacer las típicas películas ñoñas que Hollywood ponen en bandeja de plata a los actores con un taquillazo y encasillarse. ¡Y vamos que si cambio de camino!

Con DiCaprio las hemos pasado canutas corriendo por los pasillos del Titanic, hemos sufrido el amor en las tripas de todo un shakespeariano moderno de la talla de “Romeo y Julieta”, nos hemos batido en duelo con los mismísimos mosqueteros en “El Hombre De La Máscara De Hierro”, hemos viajado a peligrosos lugares exóticos llenas de playas “paradisíacas”. Spielberg nos los puso complicado para atraparlo con más disfraces que nuestro querido Mortadelo en “Atrápame Si Puedes”, se enfundado el traje de espía en “Red De Mentiras”, ha arriesgado su cuerpo convirtiéndose en todo un aventurero en las profundidades de la África negra en “Diamantes De Sangre”, lo que le valió una nueva nominación, y con el paso del tiempo se volvió a reencontrar con su amiga Kate Winslet en “Revolutionary Road”.

Pero si hay un director fetiche que ha marcado su carrera es la dupla que ha conseguido con Martin Scorsese, donde se ha puesto a las órdenes en hasta cuatro filmes: “Gangs of New York”, “El Aviador” por la que obtuva una nueva nominación, “Infiltrados” y “Shutter Island” y parece que la unión va para largo puesto que tienen un nuevo proyecto sobre la mesa para el año próximo conjunto, “ The Devil in the White City”.
Un actor comprometido con su profesión, elige con gran esmero cada uno de los personajes que interpreta y hace prevalecer antes la calidad artística del film que lo llanamente económico. Más comprometido incluso si cabe que con su vanagloriada carrera de actor es su dedicación y fervor a intentar salvaguardar el medio ambiente a nivel mundial, hacer ejercicio de conciencia a la humanidad de lo mal que esta el planeta tierra y los desastres que nos esperan si no ponemos de nuestra parte, como demostró al producir y escribir el documental “La última hora”, no hay más que mirar su ejemplar discurso de esta entrega de los OSCARS para darnos cuenta de que este importante detalle de carácter humano mueve realmente su mundo, comprometiéndose al 100% con el mundo de la naturaleza.