Cuando hablamos con las mujeres embarazadas quizás el momento que más inquietud les causa de todo el proceso es para la mayoría, el parto, por eso hoy hablaremos de la Walking epidural.
Si bien una vez han dado a luz, el parto normalmente no es más que algo por lo que se pasa y apenas se recuerda con el peque en brazos, cuando este se mira antes de que ocurra, es un momento que genera muchas dudas y preocupación.
Como es sabido, existen varias modalidades de parto y cada vez es más común que en el centro donde queramos dar a luz nos den opciones para ello, como si de una carta de almohadas se tratase tenemos; Parto natural en el que no se hace servir ningún tipo de anestesia, en el agua, en cuclillas, por cesárea, inducidos y algunos menos conocidos como el Leboyer o también conocido como “parto sin violencia” en el que se intenta recrear un espacio lo más parecido al útero de la madre en lo que a temperatura y ruido se refiere, para intentar que el bebé note lo menos posible la diferencia entre el útero y el exterior una vez el nacimiento.
Pero de todos los métodos para dar a luz, el más común en nuestra sociedad es el parto con anestesia en un hospital o clínica, estiradas en una camilla con las piernas elevadas y empujando. Quizás por ser el más utilizado, también es el que mayor número de detractores tiene y seguro que el al que mayores inconvenientes le podemos sacar: la anestesia, la posición en la que se realiza, la madre y su papel, la doctora y su comodidad…
Actualmente, o mejor dicho hace más de una década y ahora empieza a tener más repercusión, apareció la Walking epidural o epidural ambulante como método anestésico.
Al igual que la epidural convencional, se trata de un método analgésico que consiste en realizar un bloque introduciendo una aguja entre las vertebras lumbares, en el espacio llamado epidural, e ir administrando la medicación anestésica que corresponda a la paciente.
Pero si la epidural convencional entumece las piernas haciendo imposible la movilidad, la walking epidural actúa de manera que nos va a permitir movernos mientras hacemos todo el proceso. No va a garantizar que el parto sea más sencillo pero si más cómodo.
¿De qué manera funciona la walking epidural?
La epidural está compuesta de una mezcla de anestésicos y morfínicos (opiáceos) , la diferencia principal en la walking epidural es una combinación diferente de los elementos que la componen, se disminuyen los anestésicos y se incrementan los opiáceos, de esta manera las fibras sensitivas se duermen pero las motoras quedan operativas permitiendo poder seguir moviéndonos.
Ventajas de la walking epidural
- La ventaja principal es que nos va permitir tener movilidad durante el proceso de dilatación. Siempre acompañados, no vaya a ser, pero nos podremos mover por la sala o el pasillo.
- De la misma forma podremos ayudar en el trabajo de parto de una forma más activa con una mayor sensibilidad de la salida del bebé pero sin dolor.
- También veremos que se percibe el efecto por parte de la parturienta más rápido. Los morfínicos se asimilan de forma muy rápida y al llevar mayor concentración de ellos hace que el efecto de la anestesia sea también más rápido.
- Disminuimos la cantidad de analgésicos y por tanto las dosis de epidural necesarias hasta el momento del parto.
- Menor retención urinaria
- Y se puede hacer servir en cualquier momento del parto, incluso cuando la dilatación esta tan avanzada que no se podría administra la epidural convencional.
Inconvenientes de la walking epidural.
- Al parecer la sensación de nauseas característica de las anestesias es mayor así como un incremento en las cefaleas.
- Hay un pequeño riesgo de bradicardia fetal.
- Una vez realizada la punción, no es posible la introducción de un catéter para su siguiente administración, se ha comprobado que al introducir una dosis de analgésico por este produce los efectos de parálisis total de la movilidad y por tanto no permitiría seguir con la movilidad característica de la walking epidural.
- El coste es más elevado, motivo por el que en muchos hospitales y clínicas no lo administran así como la necesidad de un mayor personal para atender a estas embarazadas. El picor generalizado de la piel o purito, es mayor a la de la epidural convencional, aunque bien llevado por las futuras mamas.
La técnica es igual de segura que la epidural convencional, simplemente necesitaremos de un profesional preparado para administrarla y unos mínimos cuidados por parte del centro en el que lo realicemos. No tendría sentido administrar una anestesia que permite caminar y que no lo pudieras hacer por no haber personal o espacio para ayudarte a hacerlo.