4 de mayo, se cumplen 87 años del nacimiento de Audrey Hepburn, todo un Ángel caído del cielo. Dentro del gran santuario del celuloide que año tras año se va restaurando con nuevos rostros hay un sinfín de artistas femeninas que lo han dado todo por el cine, el arte y el espectáculo en general. Pero si hay un solo nombre que se ilumina resplandeciente por encima de todas las demás estrellas no es otra que la de la encantadora y talentosa Audrey Hepburn. Su sola presencia llena películas, recuerdos, portadas de revistas, libros y diseños de moda. Con su hechicera magia, su silueta de apariencia frágil, delgada, pequeña, llena de elegancia, talento y glamour deleitaba al espectador y es que así era ella, así era Audrey un ángel etérea, políglota (hablaba inglés. español, italiano, francés y holandés) y delicada que gustosamente el concurrente pagaba la entrada del cine de barrio más cercano para disfrutar de cada uno de sus filmes.
Hoy se hubieran cumplido 87 años de su nacimiento, en la ciudad belga de Bruselas, sino fuera porque hace ya la friolera de 22 años que el mundo del séptimo arte se empequeñeció y enmudeció con la gran pérdida, a causa de un cáncer de Colon, de uno de los iconos más grandes que ha tenido jamás el mundo del cine y porque no decirlo, también de la moda. Su cara, su imagen, su tierna mirada va ligada al glamour y es que Audrey no deja de ser un “Ángel” bajado del cielo reconvertida en la actriz de actrices de toda una generación que con su talento y figura se comía el escenario y todo lo que encontraba a su paso. Protagonista de maravillosas e inolvidables películas que perduran y persistirán por méritos propios en la pequeña pero gran historia del cine. Entre todas ellas a destacar “Sabrina”,” Desayuno con diamantes”, “ Sola en la oscuridad” o “My Fair Lady” pero sería injusto e ingrato olvidarnos de la tierna “ Una cara con Ángel”, la intensa “ Charada”, o la romántica “Vacaciones en Roma”, justamente por esta última logró una de sus dos estatuillas doradas de la academia de las cinco que pudo conseguir.
Con una dura e intensa vida que da para una película, Audrey sufrió la pobreza y la segunda guerra mundial de pleno de ahí su escuálida figura. Por un lado perdió a su tío y primo fusilados en tal terrible suceso, uno de sus hermanos fue apresado en un campo de concentración, mientras que de su otro hermano jamás volvió a tener noticias cuando se encontraba batallando en los ataques de la resistencia. Desde mi pequeño rincón te recordamos Audrey. Un mito que nadie podrá suplir.