Hace no mucho, tuve que viajar, ida y vuelta a Pamplona. Uno de tantos que he hecho, y que tanto disfruto… Tanto es así que un viejo amigo me ofreció probar su Mercedes CLS: una ida y vuelta de 980 kilómetros de pasión y confort que me dibujaron una sonrisa en la cara, y que quizá me duró unos cuantos días…
Ese recuerdo me lleva a escribir sobre tal preciosidad de coche y que despierta miradas, allá donde he ido. Su línea, no te deja indiferente: o gusta, o no… No hay término medio, aunque al final… Su belleza acaba seduciendote!
Tengo que admitir que yo era muy crítico con la moda de dotar líneas coupé a las berlinas de representación, cuyo éxito han llevado a las grandes marcas de lujo a jalonar sus gamas tradicionales de estos nuevos modelos. Me equivoqué, y es justicia admitir mi error: las gamas de berlinas coupe han venido para quedarse.
La gama CLS está basada en la clásica serie E, y hereda su base técnica, así como también recibe sus motores, pero la diferencia radica en la audacia de sus creadores de crear una berlina de tal belleza que pocos se atreven a discutirla. Esa audacia no queda ahí, y esos mismos creadores que han cosechado tantos aplausos, se han atrevido a crear una versión Shooting Brake.
Muchos se preguntarán qué es y no es más que la germanización de un concepto británico: los ingleses, tan amantes del golf, de los pick nicks, los partidos de polo y la caza del zorro no quisieron desaprovechar la ocasión de crear versiones familiares o Estate para sus deportivos…. Pero, en otra ocasión hablaremos de los Shooting Brake, y ahora nos limitaremos a hablar de su versión para el modelo CLS, cuya belleza (siento abusar de la palabra, pero no me queda otro calificativo) no desmerece a la de la berlina de la que deriva.
La versión que pude disfrutar iba dotada del motor V6 Diesel, de 3.0 litros y que responde con la denominación CLS 350 BlueTec. Esos espectaculares 258 cv de potencia contribuyen a mover el coche de casi dos toneladas por debajo de las 2.000 rpm a un par superior a los 60 mkg, con lo que el dinamismo está sobradamente asegurado. Su tracción trasera, combinada con la potencia disponible, confiere al modelo cierto carácter subvirador y que asegura un gran divertimento en curvas, siempre bajo la atenta mirada del programa de control de tracción ESP, reduciendo precisamente situaciones indeseables.
La vida a bordo es muy agradable y confortable, respirándose incluso cierto ambiente náutico q me recuerda a una lancha RIVA, con sus detalles en madera. Debo decir que ese ambiente es más acusado en la versión anterior, mientras que la actual es más técnica, con sus múltiples cromados alrededor de mandos y rejillas de aireación.
Una vez al volante, uno respira calidad por los cuatro costados y el confort es la nota predominante en todo el conjunto. Un botón de muestra son las plazas traseras, que uno esperaría muchos más justas y menos confortables. Justo, los elementos que caracterizan un coupé. Todo lo contrario: no estamos ante cualquier coupé. La nota predominante es espacio por doquier y una facilidad inusitada para acceder y salir de las plazas traseras, gracias al diseño de las grandes puertas traseras, en acorde con las mejores berlinas de lujo. Las personas de altas estaturas no tendrán que sufrir: podrán moverse con suficiente desahogo, a lo que se une que el techo es lo suficiente tendido como para que haya espacio de sobras para que su cabeza no toque el techo. La única nota negativa, es la plaza central trasera, ya que es prácticamente inservible, por incómoda y sobreelevada respecto a las otras dos laterales.
El diseño es impresionante: recibe la parrilla de los Mercedes más actuales, y mantiene esa cintura sobreelevada le da una imagen de coche musculado, en consonancia con el coche que se tiene entre manos.
CLS 63 AMG (C218) 2010
Quizá lo más espectacular, al margen del diseño, son los faros LED, convenientemente actualizados y dotados de la última tecnologías, prestos a alumbrar en las condiciones más sombrías, ya que se adapta a las diferentes condiciones de luz y tráfico automáticamente al alternarse la luz larga y corta. Al sentarse al volante, y comenzar la marcha, lo más impresionante es el aplomo que hace gala el coche y la calidad a bordo en cualquier circunstancia, y que invita a recorrer kilómetros sin acusar cansancio, gracias a una atmosfera de lujo, los mandos convenientemente a mano, y un tacto agradable, gracias a los materiales nobles empleados en el interior. Una de los elementos que cabe destacar es la transmisión automática 9G-Tronic, que como su nombre indica, es de 9 velocidades.
La batería en materia de seguridad sería hace pocos años, poco menos que inimaginable: Prevention Collission Assist es la estrella de semejante panoplia de artilugios propios más de una película de James Bond, que de un coche de lujo: como su nombre en inglés indica, es un asistente de prevención de colisiones y que aplica una función automática de frenado. Este sistema se ve reforzado con el sistema de asistencia a la distancia de seguridad entre vehiculos, el Distronic Plus; el sistema de asistencia al control del tráfico en intersecciones, el BAS Plus. Dos ayudas muy útiles en plena ruta, son el asistente de aviso de ángulos muertos, el Active Blind Spot Assist. El Lane Assist no es más que un avisador de cambio involuntario de carriles. Como última sorpresa, esa batería de seguridad ofrece un sistema de visión de 360º, gracias a cámaras estratégicamente dispuestas en el perímetro del coche.
¡No nos queda más que disfrutar!
