Hoy quiero hacerle un pequeño homenaje a SERGIO MARCHIONNE, un genio.
A todos los que nos atrae la industria de la automoción, sabemos que no todo son coches: ese producto que tanto nos gusta, es solo la punta del iceberg. Un iceberg que mueve miles de millones y que es un sector estratégico para la economía mundial.
Detrás del producto hay una cohorte de ingenieros, y unos pocos ingenieros geniales cuyos nombres han sido grabados en los anales de la historia, y que no tengo necesidad de descubrir ahora.
Existen otro hombres, igual de geniales, igual de atrevidos, con cabezas privilegiadas que son capaces de gestionar torrentes de ideas, y que son capaces de luchar contra viento y marea. Y, muchas veces, esos vientos y mareas son la política de sus respectivos países, y de los sindicatos que representan sus trabajadores. Un elemento a parte, contra el que luchar, es la economía, pilar sobre el cual se levantan los grandes conglomerados industriales.
En ocasiones, la debilidad de esos conglomerados industriales puede ser la herida de gravedad, y la propia economía, es su estocada mortal; pues bien, hubo un hombre que supo aprovechar esa debilidad, revirtió la tendencia y provocó el renacimiento de uno de los grupos industriales más importantes del mundo que estaba en caída libre. No contento con eso, además, lo refundó en forma de adquisición de otro grande, que estaba en completo desmoronamiento, Chrysler.
El hombre del que hablo es Sergio Marchionne, fallecido el 24 de Julio de 2018 por una larga .enfermedad, causa por la que fue relevado una semana antes por Mike Manley ( a su vez CFO – Responsable Financiero – ) de Jeep. La empresa, como todos habéis imaginado, es Fiat SpA, actualmente FCA – Fiat Chrysler Automobiles – .
Lo que hoy es FCA, lo es gracias a este hombre, Sergio Marchionne; una empresa con 4.000 millones de Euros de liquidez en su caja, y unos ingresos cifrados en más de 125.000 millones después de multiplicar por 8 su capitalización bursátil, y habiéndose adaptado a un mercado cambiante… ¡Envidiable! Pero, nadie recuerda lo que se encontró hace 14 años: Fiat SpA era un imperio al borde del colapso, con una cotización en bolsa de apenas 1,60 – €, y acumulando pérdidas de dos millones de euros diarios dentro de un estructura espantosamente obsoleta…
Fiat SpA, además, malvivía en el seno de un matrimonio de conveniencia con General Motors, originado en el 2000, a raíz de una compra de acciones por parte de la americana, de cuyo capital era propietaria de un 20 %, mientras que la italiana lo era de un 6%: el kid de la cuestión de ese intercambio accionarial es que General Motors aceptó hacerse cargo de la totalidad del grupo Fiat SpA, quizá con la intención de evitar que otro grupo del sector pujase por el grupo italiano.
El punto álgido de la crisis entre ambos grupos, se produjo cuando en 2003 Fiat SpA se recapitaliza por aportaciones del sector bancario, con lo que la participación de GM se reduce en ese momento a un 10 %. Esa notable pérdida de valor se traduce en un conflicto de proporciones gigantescas: naturalmente, la situación de debilidad de Fiat SpA era bastante acuciante, y Sergio Marchionne que aparece en ese momento, maniobra para que esa misma debilidad sea la clave de tuerca para el comienzo de la recuperación del grupo. Y me explico: General Motors rechaza en ese momento hacerse cargo de Fiat SpA por el estado de la italiana. Ambos grupos se enzarzan en conflictos legales que culminan en Febrero de 2005 con un pago de 1.550 millones de Euros, en concepto de idemnización, para evitar la compra de Fiat SpA. :‘Si queréis Fiat SpA, solo tendréis deudas’, espetó en una de las negociaciones con el gigante americano.
Esos 1.550 millones de Euros se convierten en el embrión con el que Sergio Marchionne reconstruye el grupo Fiat SpA, no sin dificultades: Su llegada, considerada por muchos, la de un desconocido ajeno al sector del automóvil que insufla un aire nuevo, propio de un hombre enfermo por el trabajo, capaz de inyectar un ritmo de trabajo, que muchos reconocían que era imposible de seguir, propio de alguien dueño de una determinación fuera de lo común. Su entrada en el grupo coincide con la desaparición de Giovanni Agnelli, o lo que es lo mismo, la desaparición de carisma humana en el grupo, capaz de enfrentarse con sindicatos, políticos y Confindustria, la poderosa patronal italiana, dice mucho del carisma de este hombre.
Muchos afirman que sin Sergio Marchionne, Fiat SpA, hubiera sido pasto de los acreedores: fue capaz de reestructurar la enorme deuda del grupo de Turín, y relegar a esos acreedores a un segundo plano: La acertada apuesta de Marchionne de adquirir progresivamente capital deuna quebrada Chrysler marca el punto de conversión de la ahora FCA – Fiat Chrysler Automobile – en un grupo de talla mundial, no solo por la recuperación del grupo italiano, sino por dejar mudos a muchos detractores, que no creían en el renacimiento de la propia Chrysler, porque decían que arrastraría a la propia Fiat SpA.
Ese renacimiento de Chrysler, se basa en dar valor a su filial Jeep, creando modelos más propios para el mercado europeo, a partir de la nueva plataforma Small Global Modular Platform, lanzada por FCA que hermana el Jeep Renegade y el Fiat 500X, construidos ambos en la planta italiana de Melfi.
Sergio Marchionne nace en Chieti, una población de los Abruzzos hace 66 años: la II Guerra Mundial marca su existencia en forma de continuo exodo, primero en Istria, hasta acabar en Estados Unidos y Canada, donde cursa Filosofía para más tarde embarcarse en estudios de Economía que le depara una visión muy diferente a la de sus contemporáneos italianos.
Sus partidarios y detractores lloran su desaparición, y hasta la lejanía política que separan al Primer Ministro italiano Paolo Gentilloni y el inefable Ministro del Interior Mateo Salvini les une en ensalzar al finado.
Solo la dejadez de las míticas Alfa Romeo y la desaparición de Lancia, marcan mis críticas hacia mi admirado Sergio Marchionne, que deja una FCA con unos ingresos acumulados de 15.000 millones acumulados…