El blanco es uno de mis colores preferidos, hilos y voiles de algodón abundan en mi armario durante la época del verano, pero confieso que en invierno es otro de mis colores fetiche.
El blanco en invierno es sumamente elegante si sabes cómo y con que ponértelo, y si te atrae, pero no sabes muy bien como llevarlo, mejor que pidas consejo para conseguir el look que más te favorezca y deslumbrar de día o de noche.
En mi opinión, el blanco en invierno, prescindiendo de las blusas o camisas blancas, o de alguna prenda muy especial, debería llevarse en tonos distintos al blanco “ariel” que tanto nos gusta en los meses de calor, me inclino sin dudarlo, por un blanco roto, o algo así como un color hueso, cascara de huevo o blanco hielo, sí señoras, el hielo, tiene un matiz grisoso o azulado… normalmente, la prenda blanca realizada con tejido invernal ya manifiesta esa “diferencia” en el tono, y es evidente que no te pones, por ejemplo, una prenda de hilo en invierno, ya que todo tiene su tiempo y su momento.
Al margen de las blusas y las camisas blancas, esas que cuanto más blancas e inmaculadas, más nos gustan, que son obligatorias en cualquier armario que se precie y que se pueden llevar SIEMPRE, en los meses de frío los blancos de los que os hablo y que a mí me gustan, son pseudoblancos. Los tejidos de los terciopelos, cashmeres, lanas, alpacas, georgettes, crepes, etc. que escojo son los que denotan un punto a veces casi imperceptible, pero ahí está, que rompe con ese “pure white”.
Es verdad, que en algunos casos, sí existen y podemos ponernos y llevar jerséis, chaquetas u otras prendas de un blanco más blanco, mientras que a mi modo de ver, es mucho mejor decantarse por el blanco roto en pantalones, faldas, blazers, trajes o abrigos.
Podemos hacer una excepción también, en según que vestidos de noche, estoy pensando en terciopelos de seda y en sedas y rasos, en las pieles, como los abrigos de lince, por poner un ejemplo, las prendas de esquí, los plumones y la ropa de este tipo, pero jamás de los jamases llevar una prenda como una falda, vestido, pantalón de algodón blanco, jamás una prenda que sea un de un tejido propio del verano; descartamos el algodón y es obvio que ni se mencionan tejidos más ligeros como el lino. Es más, y me atrevo a decir que lo peor que podemos hacer es ponernos un jeans blanco en invierno, ni aún estando en Málaga a 20 grados, este es un “capricho” que puedes concederte únicamente si estas es la semana de la moda de París, Londres New York o Milán, perteneces al mundillo de la moda, eres una jovenzuela o tienes una apariencia muy joven y se te conoce por romper esquemas, por tu estilazo, y sobre todo porque sabes mezclar y sabes con que colores y que look darle a ese pantalón de algodón blanco durante los fríos meses de enero o febrero.
He escogido estas fotos para que tengáis una idea de como “ellas” pero solo “ellas”, sí pueden, y otras fotos en las que apreciaréis ese blanco roto tan elegante, luminoso, distinto y estupendo por el que todas deberíais optar si queréis destacar y abrigaros durante estos fríos meses de invierno.
En realidad esté artículo da mucho más de si, podría hablar del calzado: del zapato o el botín blanco.
¡Qué horterada! diréis muchas… ¡Pues no! y os lo demostraré, pero creo que lo dejaré para otro día, pues este tema merece una amplia reflexión y un espacio todo suyo.